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1) Usa tu energía mental con sabiduría
Tal vez llegue el día en que historiadores o antropólogos calificarán a
nuestra época como la era de la distracción. Como si se tratara de una
consigna, por todos lados se multiplican los estímulos que rivalizan por
nuestra atención, lo cual es otra forma de decir que nos la restan, nos
la quitan para ponerla en otro lugar y otros intereses. Si nos damos
cuenta de eso, quizá podamos entrar en el camino de poner atención en lo
que de verdad importa. ¿Qué tanto necesitas esa media hora que dedicas a
Facebook todas las mañanas? ¿No sería mejor reconsiderar dicho gasto y
tomar conciencia de qué se está llevando tu tiempo, atención y energía?
2) Recanaliza tus pensamientos negativos
Todos tenemos pensamientos negativos, es inevitable, pero la diferencia
entre una mente fuerte y otra que tiende a la debilidad está en aquello
que se busca hacer con ellos. Si, por ejemplo, sucede que un descuido en
el trabajo acarrea una reprimenda, el escenario será muy distinto si tu
reacción es admitir tu error, analizarlo y sobreponerte a, en contraste,
no hacer más que darle vueltas a un soliloquio derrotista en el que no
haces más que lamentarte por lo sucedido.
3) Trabaja en función de objetivos
Establecer un objetivo claro, real y asequible es una capacidad que,
cuando se desarrolla y se tiene, conduce a varias satisfacciones. No es
lo mismo soñar con ser rico que, por ejemplo, establecer un plan para
tener un negocio propio, independizarse de la casa familiar o tener un
trabajo bien remunerado. Cada cual según su deseo. En todos los casos,
la idea es ponerse en el camino que conduce al logro del objetivo
planteado, con la consecución intermedia de otras metas que también
otorgan satisfacción y, por lo mismo, nos estimulan a seguir en nuestra
búsqueda.
4) Apóyate en tu progreso
De la mano del punto anterior, en los momentos de duda siempre es bueno
echar una ojeada a aquello que ya hemos logrado. A veces puede parecer
que perdimos nuestro tiempo en un proyecto malogrado o que el trabajo
que hacemos no se desarrolla con la velocidad con que nos gustaría
vivirlo, pero incluso ahí, en el aparente fracaso o en la
insatisfacción, hay aprendizajes que podemos reconocer e incorporar para
volverlos parte de nuestro progreso.
5) Tolera la incomodidad a cambio de conseguir lo que quieres
En la historia, muchos poetas, pintores y músicos han vivido casi en la
mendicidad a pesar de su talento. Otros personajes ejemplares conocieron
la pobreza o la dificultad antes de la celebridad y el respeto
generalizado. Varios han vivido en el anonimato antes de figurar en
portadas de revistas o ser entrevistados para la televisión. Y más allá
de la vanidad que a veces se atribuye a la fama, el hecho importante
está en que jamás abandonaron lo que deseaban hacer, sin importar las
aparentes carencias que esa elección de vida implicaba. Porque, después
de todo, eso era lo que amaban hacer, y ese era su propósito superior.
6) Agradece lo que consigues
Agradecer es quizá la forma más refinada del reconocimiento. Cuando
agradecemos damos un lugar, nos damos cuenta del esfuerzo que pusimos en
una labor, del tiempo que le dedicamos, de las circunstancias que nos
favorecieron y las personas que nos ayudaron, y ello en todos los
niveles, desde el más mínimo hasta el más decisivo.
7) Equilibra tus emociones y tu racionalidad
Las emociones y la razón son dos cualidades que conviven en lo que somos
y que, en el mejor de los casos, es mejor mantener en su justa medida
(si tal cosa existe). A veces las emociones nos pueden llevar por
caminos arrebatados e intempestivos y para eso está la razón, para
contenerlas. A veces la razón, en la medida en que está moldeada por una
ideología dominante, nos hace tomar decisiones frías y calculadoras,
egoístas incluso, y ahí es donde las emociones podrían otorgarle su
cariz humano.
8) Budi podudaran (živi podudarno sa ciljevima)
La congruencia es una cualidad escasa, pero de sumo valor. Sin caer en
la rigidez que inmoviliza, si crees en algo, ¡vive en función de ello!
Nada te dará mayores satisfacciones ni te hará conseguir mejores éxitos.
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